Francisco Círigo
La teoría del péndulo no funcionó. Por segunda semana consecutiva la sesión ordinaria del Cabildo fue accidentada; pero no por el motivo que se preveía, sino por dos nuevos asuntos que provocaron debates entre los concejales priístas y de oposición: la ratificación del comité de Compras, Adquisiciones y Arrendamientos, y el dictamen de la comisión de Patrimonio Municipal sobre una solicitud para otorgar en comodato las instalaciones de la Central Camionera.
Se preveía una sesión tormentosa por el antecedente de la semana anterior, cuando los regidores de oposición pidieron los informes financieros de la Tesorería Municipal y recibieron la promesa de que en esta sesión serían presentados. Sin embargo, el asunto que detonó el primer debate fue el punto de acuerdo propuesto por el comité de Compras, Adquisiciones y Arrendamientos para ratificar a ese organismo –creado en marzo de 2008– “a pesar de que su integración fue legal”; y para establecer la aplicación supletoria de la Ley de Adquisiciones, Arrendamientos y Servicios del Estado de Oaxaca, en lugar de la del Poder Ejecutivo del Estado, como señalaba el acuerdo vigente hasta la fecha.
Aunque la propuesta parecía un simple formalismo, el regidor panista Diego Vásquez Rosario aprovechó la oportunidad para ir a fondo: señaló que en el año 2008 el trabajo de ese comité fue nulo, pues nunca se convocó a reunión a sus integrantes, y que fue a finales de junio de este año, después de una plática en la que se hizo ver a la presidenta municipal la necesidad de que las comisiones funcionaran de manera colegiada, cuando ese organismo empezó a sesionar. Mencionó que en la ley estatal aplicable de manera supletoria se establece que ese comité debe estar integrado sólo por el presidente, el secretario técnico y tres vocales, y no por cinco, como en el caso de Huajuapan. Consideró que, si la ley estatal se aplica de manera supletoria, debe ser desde la integración del comité.
En respuesta, el síndico priísta Romano Cruz Manzano aclaró que la ley estatal sólo se aplica de manera supletoria en los puntos que no están contemplados en la Ley Municipal, pero en el caso de la integración de ese comité, esta última señala que se debe integrar por un regidor de cada una de las fuerzas políticas representadas en el Cabildo, y por los servidores públicos que éste determine.
El regidor independiente Alfredo Loranca Abad recordó que en marzo de 2008 votó en contra de la integración del comité de Adquisiciones porque no fue considerado como integrante, a pesar de que la ley municipal establece claramente que deben estar representadas todas las fuerzas políticas.
El priísta Yuri López Ortega intervino para reiterar su argumento de aquella ocasión: que habría que definir cuál es la fuerza política a la que representa el regidor Loranca.
Volvió a la carga el panista Diego Vásquez, admitiendo la posibilidad de que el comité se integre como lo establece la Ley Municipal, pero pidiendo que se defina quiénes de sus integrantes tendrían derecho a voto y quiénes sólo a voz. Consideró que los directores que formen parte de ese comité no deben votar, porque “se generan situaciones de conveniencia, intereses y relación con los proveedores, y en este ayuntamiento tenemos ejemplos de esto”.
El coordinador de la bancada del PRI, Juan Gabriel Varo Leyva, opinó que para la integración del comité se deben aplicar las disposiciones de la Ley Municipal, pero propuso que se elabore un reglamento para determinar quiénes de sus integrantes tendrían derecho a voto.
La síndica primera, Carmen Alvarez Ibarrondo, manifestó que en el seno del comité ya se había planteado la necesidad de elaborar un reglamento, y recriminó al panista porque “si tiene experiencia por haber formado parte de otra administración, no advirtió sobre los errores en la aplicación de la ley supletoria”; asimismo, lamentó que se hablen muchas cosas en el seno del comité pero no se cumplan… aunque advirtió que no abundaría en el tema.
El debate continuó con las intervenciones del panista Wenceslao Rodríguez Salazar y del priísta Romano Cruz, quienes difirieron en la interpretación de la ley, pero coincidieron en la conveniencia de elaborar el reglamento del comité; del independiente Alfredo Loranca, quien retomó la aseveración de Diego Vásquez, en el sentido de que el comité no había sesionado, por lo que pidió que ese organismo informe al Cabildo sobre su actuación; y del priísta Yuri López, quien dijo que el comité sí ha sesionado y que incluso existe un proyecto de reglamento, pero hasta hoy nadie ha hecho llegar sus observaciones.
Vino entonces la votación, y se impuso la mayoría priísta por 10 votos a favor, uno en contra –de Alfredo Loranca– y cuatro abstenciones, de los dos panistas y los dos perredistas.
De inmediato se dio paso al dictamen de la Comisión de Patrimonio Municipal relativo a la solicitud de la empresa Autobuses Costa de Oro para que se le otorgue en comodato la Central Camionera. Aunque de entrada se mencionaba que el solicitante no había acreditado su personalidad legal, por lo que se declaraba improcedente la solicitud, el dictamen iba más lejos: mencionaba que las instalaciones de la Central Camioneras son ocupadas por algunas dependencias municipal, debido al programa de descentralización administrativa que se lleva a cabo; pedía facultar a la síndica Carmen Alvarez para notificar a la Secretaría de Comunicaciones y Transportes que ese lugar ya no funciona como central de autobuses; y ya metido de lleno en el futurismo, proponía revocar el acuerdo de Cabildo “del 16 de noviembre de 2009” (sic).
La réplica vino del regidor independiente Alfredo Loranca, quien mencionó que si el solicitante carece de personalidad legal, el dictamen se debió limitar a declarar improcedente su solicitud; dijo que se menciona un programa de descentralización administrativa, y que incluso algunas dependencias del ayuntamiento ya ocupan espacios en la Central Camionera, pero dicho programa nunca se ha dado a conocer, y mucho menos ha sido aprobado por el Cabildo.
Le secundó el panista Diego Vásquez, quien insistió en que el segundo punto del dictamen –la comunicación a la SCT de que el inmueble ya no funciona como central de autobuses– no tiene relación con la solicitud del recurrente.
El priísta Rodolfo Flores centró su intervención en el hecho de que la administración anterior otorgó en comodato algunos espacios de la central de autobuses hasta el año 2014, sin que exista constancia de la autorización del Congreso del Estado.
Su compañero de bancada, Romano Cruz Manzano, quien venía con la espada desenvainada, se refirió implícitamente al regidor independiente Alfredo Loranca, al mencionar que “el defender a ultranza hace pensar que tenemos un interés personal”.
El coordinador de los concejales priístas coincidió en que el segundo punto del dictamen no tenía relación con la petición, pero ello no evitó que Alfredo Loranca contestara la alusión: “Si el dictamen viniera en el sentido de negar la solicitud porque el recurrente carece de personalidad legal, yo estaría de acuerdo”; calificó de “tramposo” el documento y reiteró que el programa de descentralización no ha sido presentado ni discutido en el Cabildo.
Para calmar los ánimos, la priísta Guadalupe del Castillo manifestó que el punto estaba suficientemente discutido, por lo que pidió que fuese sometido a votación. Sin embargo, la presidenta municipal propuso que el dictamen regresara a la comisión para su revisión, lo que fue aprobado de manera unánime.
Vino luego la ratificación del dictamen que la semana pasada regresó a la comisión de Desarrollo Urbano para su revisión, por un error mecanográfico, y esta vez fue aprobado por unanimidad.
Después, al pasar a Asuntos Generales, los concejales guardaron silencio, por lo que la sesión fue clausurada a las 13:16 horas.
Ninguno de los concejales pareció recordar el ofrecimiento realizado la semana pasada por la comisión de Hacienda, en el sentido de que en esta sesión se darían a conocer los informes financieros de la Tesorería Municipal que no han sido publicados desde el primer mes de este año. Al menos nadie hizo referencia al tema.
Por eso, mientras los concejales abandonaban el recinto, Alzheimer sonreía…
