Marcos Avendaño
El pasado fin de semana los consejos estatales del PAN y PRD acordaron formar un Bloque Opositor para Oaxaca, bajo el esquema de Coalición Electoral, que incluya a partidos políticos, organizaciones sociales, sindicatos, grupo de intelectuales y a la sociedad civil.
El propósito es formar una gran alianza que postule candidatos de unidad a presidentes municipales, diputados locales y a la Gubernatura del estado, y obtener el triunfo en las elecciones a celebrarse en el 2010 para construir una transición democrática que posibiliten una alternancia en el poder.
Por este acuerdo, sin duda Oaxaca es noticia nacional y está en el ojo del huracán político; los reflectores políticos están sobre nuestro estado porque los principales partidos políticos acordaron estatutaria y legalmente conformar una coalición de amplio espectro y dar cabida a diversas fuerzas y actores políticos.
Sin embargo la instrumentación, el contenido, la estructura y la selección de candidatos no será fácil ni libre de obstáculos; tampoco se puede asegurar el triunfo fácil y holgado, sobre todo porque el hombre como ente social en lo individual y en lo social, conforma sociedades complejas y heterogéneas, donde hay diferentes formas de concebir las cosas y sobre todo hay diferentes intereses económicos, políticos, sociales, culturales y étnicos.
La coalición es buena y oportuna. La gente progresista y luchadora debe apoyar y sumarse a este proyecto porque Oaxaca necesita una forma nueva de gobernar, donde en la práctica y no solo en los discursos se combatan los rezagos que tenemos y que los presupuestos se destinen a los que menos tienen y en forma clara y transparentes; que la impartición de justicia sea justa e imparcial. De no perseguir y lograr estas metas siendo ya gobierno, no tiene sentido luchar para que algunos oportunista políticos se trepen al proyecto y en los hechos se comporten igual o peor que los que nos están gobernando. La regla no debe ser quitar a unos para poner a otros y hacer cambios para que no cambie nada. Para contrarrestar esto, la alianza debe construirse bajo principios y valores, también de la trayectoria y honestidad de los candidatos.
Además hay que estar preparados porque desde adentro pueden estar caballos de Troya que de dientes para fuera apoyen a la coalición pero en los hechos hagan contra campaña o trabajo sucio al sistema que tenemos en Oaxaca.
La esperanza sigue viva, no la defraudemos.
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