sábado, 13 de junio de 2009

En hora buena

Enpunto, la publicidad y la elección

Horacio Corro Espinosa

La publicidad puede parecernos una cosa nueva, pero no es así. Lo único nuevo son las aplicaciones que de ella se hacen. En realidad la publicidad ha existido desde siempre. Algunos afirman que es paralela al nacimiento del comercio. Yo creo que no. Lo que voy a decir, lo voy a decir sin temor a equivocarme: la publicidad es tan antigua como el hombre.
Antes, cuando yo oía decir a la gente que la prostitución era el oficio más antiguo de mundo yo lo creía y lo afirmaba. Ahora digo que es la publicidad. ¿O acaso la “oferta” hecha a la mujer por la Serpiente en el Jardín invitándola a comer del fruto del árbol, no fue en cierto modo publicidad? “Vio pues la mujer que el árbol era bueno para comer, y que era hermoso, agradable a los ojos, y árbol codiciable… y tomó de su fruto y comió” (Gn. 3:6).
En la Edad Media juglares y pregoneros utilizaban distintos medios, incluidas las famosas cornetas, para atraer y llamar la atención del pueblo.
En la época del Renacimiento, más concretamente en el siglo XVII, con la invención de la imprenta y la aparición de los primeros periódicos, la publicidad adquiere verdadera dimensión e inicia sus primeros pasaos hacia lo que es hoy.
El día de hoy, la publicidad, en la mayoría de los casos es quien decide y mantiene los medios de comunicación. Ni la prensa, ni la radio, ni la televisión, ningún medio de comunicación puede sostenerse con la mera exposición de la noticia.
Sin publicidad no existirían los medios de comunicación social ni su independencia. El comercio necesita la publicidad. Y el propio ciudadano exige una amplia oferta donde escoger.
Algunos de los antiguos economistas auguraron que la publicidad era algo innecesario a lo que las empresas renunciarían en tiempos de crisis. Pero no ha sido así. Todo lo contrario, la experiencia ha demostrado que cuanto más profunda es la crisis más necesaria es la publicidad, ya que es la única manera de imponer la venta del producto por encima de la competencia.
Creo que el semanario Enpunto, Equilibrio en la información, ha nacido en un buen momento.
Adán, el hombre, se ve por primera vez en la posibilidad de escoger. El hecho de que finalmente se decidiera por el mal, no quita una realidad.
Moisés queda absorto, sorprendido y lo más significativo ¡atraido! por una zarza ardiendo que no se consume. Eso, aunque nos suene raro, es la esencia y el secreto de la publicidad moderna, que trata de llamar la atención hacia un determinado hecho, servicio o producto.
El dicho de: “El Diablo sabe más por viejo que por Diablo” no es cierto ni exacto. En primer lugar porque no sabemos la edad del diablo. Pero fundamentalmente, y sin bromas, porque la vejez no es sinónimo de sabiduría, sino más bien de años acumulados, lo que vale es la experiencia, y esta mora en tareas realizadas. No hay experiencias futuras.

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