domingo, 30 de agosto de 2009

Editorial

La coalición, casi un hecho

El pasado fin de semana, los consejos estatales del PAN y del PRD autorizaron a sus dirigentes estatales a continuar las pláticas con los representantes de otros partidos y organizaciones, con la finalidad de avanzar en los acuerdos que permitan concretar una coalición amplia de partidos opositores al PRI.
Aunque no es la primera experiencia de este tipo, ya que en 2004 ambos partidos y Convergencia constituyeron la Coalición Todos Somos Oaxaca, que postuló a Gabino Cué Monteagudo a la gubernatura de la entidad, la que se plantea para el próximo año tiene dos diferencias sustanciales:
1) La coalición de 2004 fue sólo para la gubernatura y las diputaciones locales, porque las elecciones se efectuaban en el mes de agosto, pero no incluyó las elecciones de ayuntamiento, que se realizaban en el mes de octubre. Esta vez las tres elecciones serán el 4 de julio, por lo que la alianza sería total, incluyendo los 152 municipios que se eligen por el régimen de partidos.
2) A diferencia de hace tres años, cuando la coalición se integró con tres partidos políticos, hoy podría conformarse con cuatro (incluiría al PT) pero también con algunas organizaciones.
Aunque la aprobación de los consejos estatales de ambos partidos representa un avance significativo, aún hay obstáculos que los partidos y organizaciones tendrán que vencer, y éstos tiene que ver fundamentalmente con los términos de la coalición, es decir, las reglas y procedimientos para la elección de candidatos a diputados federales y concejales de los ayuntamientos.
En el caso de Huajuapan, ambos partidos deberán vencer también la resistencia de algunos militantes de línea dura para quienes resulta difícil de aceptar una alianza entre partidos ideológicamente distintos. Las cifras de 2004 indican que algunos de ellos no habrían acudido a las urnas, mermando la votación de la coalición.
Otros de los puntos que las dirigencias de los partidos tendrán que tratar con mucho tacto será el de la distribución de los espacios en las planillas de candidatos (y esto seguramente ocurrirá en la mayoría de los municipios), porque habrá dos posiciones que conciliar: la de los partidos que representan la mayoría o la primera minoría, quienes buscarán no ceder más espacios que los que corresponderían a sus aliados por la vía de la representación proporcional; y la de quienes buscarán incrementar su presencia en los cabildos por la vía de la planilla común.
Aún quedan muchos escollos por salvar. Y uno de los más importantes será el ponerse de acuerdo en quien debe ser el candidato a la gubernatura, porque de esta decisión dependerá en gran medida el éxito o el fracaso de la pretendida coalición. La cuenta regresiva inicia y en un par de meses podrá verse con mayor claridad si el proyecto coalicionista avanza como sus promotores esperan, o si los obstáculos que surgirán en el camino resultan insalvables.
Habrá que esperar, pero hasta hoy, parece que la coalición es casi un hecho…

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