sábado, 27 de junio de 2009

Los trol, los duendecitos de Suecia


Roberto Ignacio Círigo

La semana pasada fui al Museo Regional de Huajuapan porque se inauguró una exposición sobre los trol.
Yo conocí a los trol porque mi primo Daniel, quien vive en la ciudad de México, trajo uno y me lo enseñó, pero no me platicó mucho de ellos.
Por eso entrevisté a Maia Bencer, quien es la agregada cultural de Suecia en México y vino a Huajuapan a la inauguración de la exposición de los trol.
Maia me platicó que cuando era niña, en su país le platicaban leyendas y cuentos sobre los trol, y en esa época le daba miedo, pero cuando fue creciendo se dio cuenta de que los trol no eran tan malos, aunque eran algo así como unos duendes.
Las historias de los trol se referían a los bosques y a la oscuridad, pero había algo en ellos que atraía a las personas.
Un señor que se llamaba John Bauer hacía unos dibujos muy bonitos de los trol y eso hizo que fuera perdiéndoles el miedo y que le gustaran las historias, como la de una princesa que era robada y luego era rescatada por un alce.
Cuando le pregunté por qué vino a Huajuapan, Maia me dijo que una amiga suya que se llama Eva la invitó, porque unos niños de Huajuapan fueron a visitar su país. Y así le nació la idea, porque pensó que si los niños habían ido hasta allá, ella podía venir a la Mixteca.
Aunque tenía sólo unas horas en Huajuapan, me dijo que le gustó mucho la ciudad y que se quería quedar más tiempo porque la habían tratado de maravilla.
Por último le pregunté qué mensaje quería enviarle a los niños de la Mixteca, y me dijo: “Quiero decirles que hay que escuchar las leyendas que las personas mayores nos pueden platicar, porque esas historias son mejores que las películas, ya que no tienen imagen; eso hace que uno se las pueda imaginar y eso hace mejores a las historias”.

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