Homenaje a maromeros en San Juan Yolotepec

Neftalí González Huerta

Hasta hace algunos años era de gran tradición la actuación de los maromeros en la feria de los pueblos. Fue desapareciendo de la programación de las actividades profanas cuando llegaron a los pueblos “los jaripeos de lujo” y los bailes con música electrónica. Entonces a las nuevas generaciones les pareció aburrida la maroma.
La maroma es una especie de circo indígena, sin animales. Una compañía de maromeros es un grupo de personas que se unen para hacer chistes, pequeños actos teatrales, bailar al ritmo de la banda de música, cantar, caminar en los alambres, hacer acciones de equilibrio en las cuerdas, gimnasia y volar en el trapecio. Actúan ante un público ávido de emociones y de escuchar versos picarescos y de doble sentido.
De acuerdo con el Pequeño Larousse Ilustrado los maromeros son volatines o acróbatas “porque andan sobre la punta de los pies, que bailan sobre las cuerdas o alambres en el aire. Son equilibristas, payasos, volatineros, gimnastas. Personas que quieren deslumbrar por medios de ejercicios extraordinarios”.
El día de la víspera de la feria era emocionante contemplar cómo eran recibidos los integrantes de la compañía con honores, con pleitesía, con palabras armoniosas por las autoridades municipales y por los integrantes de la mayordomía. Luego iniciaban la construcción de sus arcos y trapecio, medían la distancia exacta entre los palos y entre los arcos, también la distancia de los puntos de apoyo para que el trapecio resistiera la fuerza de los movimientos, la fuerza del vuelo de los trapecistas. La altura del tracio es aproximadamente de 6 metros.
Por la tarde, cuando los rayos del sol empiezan a perder fuerza, terminaban de arman el trapecio y la barra. Entonces toda la compañía se vestía de los personajes que presentarían por la noche y acompañaban al payaso, o a los payasos, a recorrer las calles de la población para anunciar la actuación de la noche. Un recorrido animoso y excitante, un motivo fantástico para la feria, siempre con la banda de música tocando las tonadas que el payaso pedía, siempre con una gran cantidad de gente celebrando los versos del payaso.
En Ñuu Savi se hizo tradición que la actuación de los maromeros fuera en la noche, muy noche, y que terminara en la madrugada.
La maroma consta de varias partes, como los actos de la barra, el trapecio, los números de magia, malabarismo, los versos y los bailes del payaso.
Había compañías de maromeros en muchos pueblos y fueron desapareciendo poco a poco. Algunas porque sus integrantes llegaron a una edad en que sus habilidades mermaron; otras porque casi no tenían invitaciones y contratos para actuar,
Hoy se conservan muy pocas como en San Miguel Amatitlán, San Martín Zacatepec, Tacache de Mina, San Juan Piñas y El Jicaral en el estado de Oaxaca, y en Gabino Barrera en el estado de Puebla.
En 2008, con la iniciativa de la Unidad Regional Huajuapan de Culturas Populares empezaron a reunirse diferentes compañías para intercambiar experiencias y unirse para sobrevivir. Con pocas reuniones lograron acuerdos; uno de ellos fue realizar el Primer Encuentro de maromeros en la población de Rosario Micaltepec, Puebla, el 6 de octubre de ese año.
Ahora, para el sábado 27 de junio, en el marco de la feria patronal de San Juan Yolotepec, la misma unidad regional en común acuerdo con las autoridades municipales realizará un homenaje a quienes fueron los maromeros. El pueblo tuvo compañías de maromeros desde la década de los años cuarenta del siglo XX; así recordamos a las compañías “Cerro Plumas”, “Estrella” y “Superman”, es un pueblo que parte de su cultura ha girado en torno a la maroma. La última función la realizaron el 24 de junio de 1991.
Se espera que a este homenaje acudan investigadores de la cultura mixteca y un público entusiasta por ver una tradición que está a punto de perderse. La función iniciará a las 5 de la tarde con la participación de dos compañías: la de Amatitlán, Oaxaca, y Gabino Barrera, Puebla, así como payasos y maromeros independientes.