viernes, 19 de junio de 2009

REPORTAJE DE LA SEMANA. Colonia del Maestro en alerta contra la delincuencia


Abril Valdez

Cuando la bienvenida a la colonia Del Maestro te la da una manta que dice: “¡Alerta! (tipografía en rojo) Vecinos organizados contra la delincuencia”, colocada en la calle Abraham Castellanos, donde está la secundaria Benito Juárez, no es un buen presagio: es signo de que los cuerpos de seguridad pública no están trabajando, de que la sociedad civil debe organizarse para alcanzar esa garantía que debería proveer el gobierno en turno.
Esa opinión arroja el sondeo realizado entre vecinos, padres de familia, amas de casa y estudiantes de la colonia, una de las más grandes de Huajuapan, que se quejan de la falta de alumbrado público, de que no hay presencia policíaca, de que la reacción ante algún ilícito es tardía, pues los uniformados llegan cuando los delincuentes se han ido, e incluso del vandalismo juvenil que utiliza las pintas como medio de intimidación: “Los cholos”, “Los vatos (sic)”, “Calle 13”, imitando a los Mara Salvatrucha de los Ángeles, California, porque la migración también ha beneficiado las practicas delictivas, dice el director de la Benito Juárez, Constantino García Cabrera, quien vive en la colonia hace más de 30 años.
Señala que son los jóvenes los más involucrados es los actos delictivos, provocados por las adicciones y la falta de comunicación con los padres, aunadas a la falta de empleo, circunstancia que afecta a todo el país.
A finales del 2007, pero desatado en 2008, el robo en pequeño: tanques de gas, tuberías, tinacos, instalaciones eléctricas, bicicletas y robo a transeúnte, comenzaron a formar parte de la radiografía cotidiana de esta parte de Huajuapan, antes una de las colonias más cotizadas y reconocidas por ser hogar de maestros. Como el ocurrido hace una semana, cuando unos extraños engañaron a estudiantes de la Benito Juárez –quienes prefieren omitir sus nombres por miedo a represalias– y les quitaron sus celulares saliendo de la escuela, a la 1:30 de la tarde.
Pero tampoco comercios y casas habitación se salvan, como la ubicada en la calle Ignacio Manuel Altamirano número 16-B, propiedad del señor Benito Adelfo Velásquez Cruz –uno de los más activos vecinos organizados contra la delincuencia– cuando los ladrones entraron llevándose varias antigüedades, con un monto de 6 mil pesos.
Otra víctima en esa misma calle, pero en el número 32, fue la señora Olga Melchor, a quien le robaron de su patio 2 loros con un valor de mil 500 pesos cada uno. Ella dice que los ladrones, jóvenes todos, no se llevaron más cosas porque escucharon ruidos de la familia que despertó; eran las 12 de la noche.
También en la calle Justo Sierra, al menos 5 vecinos han sufrido los embates de la delincuencia, como la familia González, dueña de una carnicería ubicada en el número 40, y que el pasado jueves 7 de mayo vivió uno de los tragos más amargos de su vida cuando a las 7:30 de la noche se encontraron con el robo de un tanque de gas, dos bicicletas y 6 mil pesos destinados a comprar una res para la venta del día siguiente.
María del Carmen Vázquez, madre de la familia, dice que los ladrones entraron por una barda sobrepuesta de tabiques en la parte trasera a la casa que estaba vacía. Cuando se percató del robo llamó de inmediato a la policía municipal. 40 minutos después acudieron 8 elementos a bordo de una patrulla, mismos que le dijeron que no podían hacer nada; ella les pidió que peinaran la zona, pero replicaron que no era su trabajo, que fuera a la Subprocuraduría. Y fue.
Ahí le dijeron que no tocara nada y que llegarían el miércoles 8 de mayo temprano, pero que debía darles 100 pesos para la gasolina, no fuera a ser que de sus instalaciones en el paraje El Chacuaco a la calle contigua, 3 calles cuadras más arriba, no les alcanzara. Carmen dice que la denuncia quedó ahí, archivada seguramente.
Los cristalazos en la colonia Del Maestro también están a la orden del día, sobre todo en calles como 20 de noviembre, 16 de septiembre, Valentín Gómez Farías y 1° de mayo; también en el área conocida como “El puente del Chirimoyo” en el llano, y el área poblada cerca del cerro del Yucunitzá, donde inclusive hace pocos días trataron de violar a una jovencita. Otra zona insegura es la cancha de fútbol.
El presidente de la colonia Del Maestro, Blasí Nolasco Velasco, dice que ante esta ola delictiva, en enero de 2008 surgió la organización vecinal: 7 sectores diseminados por manzanas y calles en grupos de 6 a 4 personas que vigilan todos los días de la semana, sobre todo en las noches en tres turnos: de 8 a 10 de la noche, de 10 a 1:00 de la mañana y de 1 a 4:00 de la mañana.
De 800 vecinos, 240 participan activamente en las juntas del Comité vecinal, aunque las ocupaciones de los profesores y el cansancio han provocado que bajen la guardia; pero dicen que retomaran su esquema al iniciar el nuevo ciclo escolar.
El intercambio de teléfonos de emergencia y el uso de silbatos para hacer ruido y ahuyentar a los ladrones han sido dos herramientas vitales.
Reconoce que la banda de delincuentes está conformada por jóvenes de la colonia Altavista de Juárez, que investigan los horarios de las familias y que incluso en un inicio marcaban las casas.
Nolasco Velasco dice que sí ha habido atención de la Policía Municipal, que realiza rondines también en tres horarios y que la vigilancia vecinal ha disminuido la delincuencia, aunque los testimonios indican otra cosa. El paso de una factura cara a año y medio de que termine el gobierno municipal de Martha García Manzanares, cuyos encargados de la seguridad se negaron a declarar al respecto.

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