El centro de Huajuapan secuestrado por sitios de taxis

Primera de dos partes)

Abril Valdez

La ciudad de Huajuapan ha sido secuestrada, pero esta vez no por una manifestación. Son los 16 sitios de taxis, piratas o no, los que ocupan espacios en calles céntricas donde la señalización de tránsito indica “No Estacionarse”, ó “Estacionamiento máximo una hora”; normas que se pasan “por el arco del triunfo” haciendo caer las ventas de los comerciantes establecidos hasta en 40 por ciento.
A esta situación se suman quienes apartan su lugar con sillas, cajones de plástico ó delimitan el espacio con pintura blanca ó amarilla –acción que es una violación al artículo 15 del Bando de Policía y Gobierno, y cuya multa asciende a 200 pesos–, mientras el reordenamiento vial sigue siendo un sueño guajiro que quiso convertirse en proyecto de la actual administración.

En búsqueda del “tesoro perdido”

“Encontrar un lugar dónde estacionarte en Huajuapan, es como encontrar un tesoro perdido”, dice el señor Javier Santos Herrera de 36 años de edad y habitante de la agencia Saucitlán de Morelos.
Regularmente acude a esta ciudad a surtir su despensa, a hacer trámites al palacio municipal y Recaudación de Rentas. Dice que a veces le toma hasta 40 minutos encontrar lugar para estacionarse y si no, ni modo, a pagar un lugar, desembolso que va de los 10 hasta los 25 pesos por hora, y lo más que se ha gastado en un día son 60 pesos con “esos que van para millonarios porque ni impuestos pagan, no hay quien los regule”.
Esta historia se repite en cientos de ciudadanos y visitantes a la “perla de la Mixteca”, quienes prefieren “dejar que su auto se eche a perder” como le sucede a don Miguel González López, de 70 años de edad, dueño de una tienda de sombreros en Nuyoó y quien asegura que “los rojos” –taxistas del sitio irregular Ñuu Savi del Frente Popular Revolucionario– no dejan estacionar a nadie. Afuera de su negocio ha dedicado un trozo de pensamiento a describir este mal,
“Vi transitar en las calles de nuestro Huajuapan, a la res de nuestro tatarabuelo, la mula de nuestra abuela, el buey de mi papá, la vaca de mi mamá, el cuino de mi primo, el salta pa’ tras de mi parienta…y ahora veo coches y taxis…”

¡Bingo!, las cuentas de los cajones

Los sitios están por doquier. La calle Reforma entre Colón y Madero, tiene dos: Benito Juárez del Frente Nacional Indígena y Campesino-Democrático con 6 cajones; y el Santa Cruz La Estancia del Frente Indígena de Organizaciones Binacionales ocupando hasta 4 cajones, invadiendo la vuelta en la esquina donde están la señalización de “Hasta aquí termina estacionamiento”.
La calle de Colón tiene al sitio FOVISSTE con 3 cajones, al Colón que va a la colonia del Maestro con hasta 8 espacios; también los taxistas del Comité de Defensa de los Derechos del Pueblo que no tienen base pero hacen largas filas, sobre todo a la hora de salida de los estudiantes de la Valentín Gómez Farías, ocupando hasta 4 lugares; y el sitio foráneo que va a Santa María Xochixtlapilco e invade hasta 5 espacios.
La calle Nuyoó con 4 sitios: el José López Alavez que va a la agencia Agua Dulce, con dos cajones; el Moctezuma con el mismo número; el See Ñuu Jandí del Frente Amplio de Lucha Popular con 3; todos frente a las señalizaciones de “Estacionamiento una hora”; y el Ñuu Savi del lado derecho de la calle en lugar prohibido (“Se usará grúa”), ocupando hasta 4 espacios.
La calle José López Alavez tiene los sitios El Carmen, con 3 espacios, a veces haciendo doble fila cuando un particular ha usado el cajón, a pesar de las pintas en el suelo y el trabajo de la checadora; y el 23 de julio, justo frente a una señalización de Transito que dice “No estacionarse”, ocupando hasta 6 lugares.
También están otra extensión del Moctezuma en la calle Madero, que ocupa hasta 7 cajones; el Antonio de León sobre Valerio Trujano, que se lleva incluso 5 espacios; el Benito Juárez del Frente Nacional Indígena y Campesino, que ocupa 6 cajones; y el recién creado del Frente Alternativo del Transporte Oaxaqueño en la calle Hidalgo que ocupa 3 lugares.
¡Bingo!: 71 lugares obstruidos, a veces de forma impune, porque no hay un pago de uso de suelo y porque infringen por lo menos 7 de las disposiciones de Tránsito y Vialidad estipuladas en el Bando de Policía, entre ellas que los conductores no otorguen preferencia a los peatones, ciclistas o discapacitados, así como a los vehículos de emergencia; la producción de ruido mayor de los decibeles permitidos con estéreos y claxon; y la que prohíbe dañar señalización, pues los taxistas las tapan o colocan anuncios de sus rutas.
Además de la afectación económica para los negocios –lo sabremos en la próxima edición– que ha derrumbado las ventas hasta 40 por ciento y elevado la perdida de clientes potenciales –25 por día–tan sólo en el caso de la tienda de artesanías “Néctar Zapoteco” de la calle Nuyoó número 20.