sábado, 27 de junio de 2009

EDITORIAL

Los incidentes que se han registrado en las últimas semanas entre algunos transportistas que tienen sus bases en la calle Nuyoó y vecinos de esa arteria permiten advertir el riesgo de que se registren hechos violentos o confrontaciones de mayor magnitud.
Este no es caso aislado pues en otras calles como Morelos e Hidalgo los vecinos han impedido la instalación de sitios de taxis, lo que ha estado a punto de generar enfrentamientos.
La presencia del comité de vecinos en la sesión ordinaria de este jueves denota el interés de sus integrantes por encontrar caminos que permitan solucionar de manera pacífica este conflicto.
Un paso importante es el que acordaron de manera unánime los integrantes del Cabildo, en el sentido de exhortar a las autoridades de la Coordinación del Transporte a retomar con seriedad este problema y buscar una solución de fondo.
Riesgo de violencia

El problema del transporte en Huajuapan no radica sólo en el hecho de que los taxis irregulares que surgieron sobre todo a partir del conflicto que vivió la entidad en 2006 continúan circulando sin que sean regularizados o sometidos al orden. No. El principal problema es que cada día surgen más taxis –piratas o “regulares– que agudizan el problema y generan una competencia insana que está provocando la crisis de ese sector.
Si antes la aparición de taxis “pirata” afectaba solamente a los transportistas de los sitios que operan legalmente, hoy la proliferación de vehículos está afectando también a los propios “piratas” y está provocando que esta actividad esté dejando de ser redituable para todos por igual.
Lo que ocurre en la calle Nuyoó no es conflicto menor. Si bien los tres incidentes registrados en las últimas semanas no han tenido mayores consecuencias, son una advertencia de lo que podría ocurrir en cualquier momento.
Por ello es urgente que las autoridades municipales y del transporte atiendan con la mayor celeridad posible este conflicto y busquen una solución de fondo al mismo.
La solución no es fácil, porque debe buscarse el equilibrio entre el cumplimiento de la ley y la atención a lo que ya representa un conflicto social. No es fácil pero lo peor sería continuar postergando la búsqueda de una solución de fondo, porque de lo contario, en cualquier momento la violencia puede estallar. Y si no es en Nuyoó puede ser en otra calle.
El primer paso es evitar que el problema siga creciendo y que la proliferación de taxis continúe al amparo de organizaciones del signo que fueren. De lo contrario, las consecuencias pueden ser verdaderamente lamentables.

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